La idea es recopilar algunos conceptos y consejos útiles, especialmente para los más nuevos en la fotografía, de modo que puedan adquirir esta habilidad, por llamarla de alguna manera.
Pero, ¿Qué es mirar como un fotógrafo?
Realmente la respuesta puede ser muy amplia y verse modificada por quien la responda. Sin embargo, se puede decir que es aprender a ver como ve la cámara, pero sin mirar por ella. Es decir, ver con nuestros ojos lo que veríamos con la cámara.
Quizás lo más sencillo para muchos, al empezar, sea empezar a ver las cosas como si tuvieran un rectángulo delimitador e incluso empezar a aplicar la regla de los tercios.
Pero ver con la mirada del fotógrafo va más allá. Significa fijarse en los colores, ver en blanco y negro, aprender a leer los distintos tipos de luces e incluso a posibles retoques futuros en post producción.
Un ejercicio muy interesante consiste en usar una lente fija o prime de longitud focal normal, es decir, entorno a los 50mm. Cada ojo humano tiene una visión que equivale a 48mm. De ahí que una lente tipo 50mm sea tan útil, ya que se asemeja mucho a la visión humana.
Si nos acostumbramos a ver nuestro mundo con esta focal a la larga nos daremos cuenta de que nuestra vista se ha acostumbrado a esa longitud focal y que aún sin la cámara podemos ver igual que con ella.
Esto no se logra en un día, está claro. Pero es un buen paso para empezar, aunque no es el más importante ni es indispensable.
Ahora bien, ¿por qué es importante aprender esta habilidad?
Por que nos hará más rápidos y precisos. Nos ayudará a encontrar imágenes potenciales y también nos facilitará mucho trabajo.
En lugar de necesitar 30 segundos o un minuto para tomar una imagen, podremos hacerlo en unos segundos. E incluso podremos ajustar nuestra cámara con unos determinados valores que sean los que necesite la escena que tenemos delante sin ni siquiera comprobar si son correctos, pues al haber aprendido a leer los factores determinantes (tipo de iluminación, cantidad de desenfoque que se busca, etc...) podremos saber que valores necesitaremos.
Claro que esto último suena al sueño de todo fotógrafo, pero no es tan sencillo. Esta última habilidad no es nada fácil de lograr. Requiere mucha práctica. En mi caso, hace ya 2 años que empecé a tomarme esto en serio y ahora soy capaz de ajustar los valores de mi cámara de forma aproximada, pero aún tengo mucho camino que recorrer.
Es cierto que no es indispensable saber hacer esto pero, ¿no es cierto que se nos puede presentar una imagen por sorpresa y tener solo unos pocos segundos para tomarla? En ese caso, si no tenemos la cámara configurada, será útil poder hacerlo de forma instantánea para no perder el momento clave.
Para hacer esto también es importante otro factor: Conocer nuestra cámara. De manera que aún sin mirarla demasiado sepamos ajustar el ISO, la velocidad y el diafragma.
Un ejercicio para aprender a saber que valores usar sin mirar la cámara, puede ser el siguiente. Cuando vayas por algún sitio con tu cámara, toma una fotografía, aunque sea algo sin sentido, pero hazla bien expuesta. Ahora fíjate en sus valores y luego mira el entorno. Fíjate en la luz que hay y luego vuelve a mirar esos valores. Haz esto en días soleados, nublados, al atardecer, amanecer, en sombras, zonas iluminadas...
Luego, podrás hacerlo a la inversa. Fíjate en el entorno de lo que vas a fotografiar y piensa mentalmente qué valores usarías. Ahora configura la cámara a esos valores y toma la fotografía. Tal vez te aproximes o estés muy lejos, no importa. Sigue intentándolo. Si la exposición que has logrado no es correcta, haz la foto correcta y compara tus valores con los de la cámara.
Al cabo de un tiempo practicando así mejorarás esta habilidad. Al menos a mi me está funcionado y se que a otros también.
Es posible que haya otras maneras, pero como esta es la que conozco, es la que os comparto. Y esto es todo por hoy. En el próximo artículo hablaré de la composición y algunas reglas que es útil seguir.
dsc828
No hay comentarios:
Publicar un comentario